¿Cómo se diagnostica la leucemia mieloide
crónica?
Muchas personas con CML no presentan síntomas
cuando son diagnosticadas con la enfermedad. Con frecuencia la leucemia se
detecta cuando el médico pide exámenes de sangre por algún problema médico no relacionado
o durante un examen físico de rutina. Aun cuando los síntomas están presentes,
con frecuencia son confusos y no específicos.
Tipos de muestras que se usan en
los exámenes de detección de leucemia mieloide crónica
Si los síntomas y signos sugieren que usted puede
tener leucemia, el médico necesitará analizar muestras de sangre y de médula
ósea para estar seguro de este diagnóstico. También se pueden tomar otras
pruebas de tejidos y células a fin de tratar la CML.
Muestras
de sangre
Generalmente
las muestras de sangre para las pruebas de detección de CML se toman de una
vena del brazo.
Muestras
de médula ósea
Las muestras de médula ósea se obtienen por
aspiración y biopsia. Estas dos pruebas usualmente se hacen al mismo tiempo.
Las muestras se toman de la parte posterior del hueso de la pelvis (cadera),
aunque en algunos casos se pueden tomar del esternón o de otros huesos.
En el procedimiento de aspiración de médula ósea, el paciente se acuesta
sobre una mesa (ya sea sobre su costado o su estómago). Después de limpiar el
área, la piel que se encuentra sobre la cadera y la superficie del hueso se
adormece con un anestésico local, que puede causar una breve sensación de
escozor o ardor. Luego se inserta una aguja delgada y hueca en el hueso, y se
usa una jeringa para aspirar una pequeña cantidad (aproximadamente una
cucharada) de médula ósea líquida. Aun con el uso de un anestésico, la mayoría
de los pacientes experimenta un dolor breve cuando se extrae la médula ósea.
Generalmente se realiza una biopsia de médula ósea inmediatamente después de
la aspiración. Se extrae un pequeño trozo de hueso y de médula (aproximadamente
1/16 de pulgada de diámetro y 1/2 pulgada de largo) con una aguja ligeramente
más grande que se hace girar al empujarse en el hueso. La biopsia también puede
causar algo de dolor brevemente. Una vez que se hace la biopsia, se aplica
presión en el sitio para ayudar a prevenir el sangrado.
Estas
pruebas se envían al laboratorio, y se analizan con un microscopio para ver si
hay células leucémicas. Estas pruebas también se pueden hacer después del
tratamiento para ver si la leucemia está respondiendo al mismo.
Pruebas de laboratorio
Se puede
usar una o más de las siguientes pruebas de laboratorio para diagnosticar CML o
para ayudar a determinar qué tan avanzada se encuentra la enfermedad.
Cuentas y
examen de células sanguíneas
El recuento sanguíneo total
(complete blood count, CBC) es una prueba en la que se cuenta
el número de diferentes células sanguíneas, como glóbulos rojos, glóbulos
blancos y plaquetas. El CBC frecuentemente incluye un recuento diferencial, que es la cuenta de los
diferentes tipos de glóbulos blancos en la muestra de sangre. En un frotis de sangre, se coloca una pequeña cantidad
de sangre en un portaobjetos para analizar las células con un microscopio. La
mayoría de los pacientes con CML tienen demasiados glóbulos blancos con muchas
células inmaduras. Algunos pacientes con CML tienen números bajos de glóbulos
rojos o de plaquetas. Aunque estos resultados pueden sugerir la presencia de
leucemia, generalmente este diagnóstico necesita confirmarse con otra prueba de
sangre o una prueba de médula ósea.
Pruebas
químicas de la sangre
Estas pruebas miden la cantidad de ciertas
sustancias químicas en la sangre, pero no se usan para diagnosticar leucemia.
Pueden ayudar a detectar problemas hepáticos o renales causados por la
propagación de las células de la leucemia o por los efectos secundarios de
ciertos medicamentos quimioterapéuticos. Estas pruebas también ayudan a determinar
si se necesita un tratamiento para corregir los niveles bajos o altos de
ciertos minerales en sangre.
Examen de
rutina con un microscopio
Un patólogo (un médico especialista en el
diagnóstico de enfermedades mediante pruebas de laboratorio) observa las
muestras de sangre y médula ósea bajo el microscopio, y también un
hematólogo/oncólogo (médico que se especializa en el tratamiento de
enfermedades de la sangre y de cáncer) puede analizarlas.
Los médicos pueden ver el tamaño y la forma de las
células en las muestras, y determinar si contienen gránulos (pequeñas manchas
que se observan en algunos tipos de glóbulos blancos).
Un factor importante es si las células son maduras
(como las células sanguíneas normales del torrente circulatorio) o inmaduras
(carentes de las características de estas células normales). Las células más
inmaduras se llaman mieloblastos (a menudo
llamados blastos).
Una característica importante de una muestra de
médula ósea es la porción de ella que consiste en células productoras de
sangre. Esto se conoce como celularidad. La
médula ósea normal contiene células productoras de sangre y células grasas.
Cuando la médula ósea tiene más células productoras de sangre que lo esperado,
se dice que es hipercelular. Si se encuentran muy
pocas células formadoras de sangre, se considera que la médula eshipocelular. En personas con CML, la médula ósea a
menudo es hipercelular debido a que está llena de células leucémicas.
Pruebas
genéticas
Algún tipo de prueba genética se realizará para
determinar si está presente el cromosoma Philadelphia y/o el geneBCR-ABL. Este tipo de prueba se usa para confirmar el
diagnóstico de CML.
Citogenética convencional: esta prueba involucra la
observación de los cromosomas (secciones de ADN) con un microscopio para detectar
cualquier cambio. También se llama determinación del cariotipo. Los cromosomas
celulares se observan mejor durante la división celular. Por esta razón, para
realizar esta prueba se debe cultivar en el laboratorio una muestra de sangre o
de médula ósea, para que las células comiencen a crecer y dividirse. Esta
técnica requiere tiempo y no siempre tiene éxito. Las células humanas normales
tienen 23 pares de cromosomas, cada una de las cuales tiene un tamaño definido.
Las células leucémicas de muchos pacientes con CML contienen un cromosoma
anormal llamado cromosoma Philadelphia, que tiene
la apariencia de un cromosoma 22 corto. Esto sucede cuando se intercambian
secciones (translocación) entre los cromosomas 9 y 22 (lea la sección “¿Sabemos qué causa la leucemia
mieloide crónica?”. La detección del cromosoma Philadelphia es útil en el diagnóstico de
CML. Aunque no se puede ver el cromosoma Philadelphia, frecuentemente otras
pruebas pueden detectar el gene BCR-ABL.
Imágenes
por resonancia magnética
Las imágenes por resonancia magnética (magnetic resonance imaging, MRI) son particularmente
útiles para examinar el cerebro y la médula espinal. Este estudio también se
puede utilizar para examinar otras áreas del cuerpo. Las imágenes por
resonancia magnética utilizan ondas de radio e
imanes potentes en lugar de rayos X. La energía de las ondas de radio es
absorbida por el cuerpo y luego liberada en un patrón formado por el tipo de
tejido del cuerpo y por ciertas enfermedades. Una computadora traduce el patrón
en una imagen muy detallada de las partes del cuerpo. Esto no sólo produce
imágenes de las secciones transversales del cuerpo como un examen CT, sino que
también produce imágenes de secciones que son paralelas a la longitud del
cuerpo.
Se puede inyectar un material de contraste al igual
que en los exámenes de CT, pero esto se hace con menos frecuencia. Este es un
contraste diferente al usado para la CT. Por lo tanto, ser alérgico a un contraste
no significa que usted es alérgico al otro tipo.
Las MRI toman más tiempo que las tomografías
computarizadas, a menudo hasta una hora. Puede que tenga que permanecer
acostado dentro de un tubo estrecho, que podría ser confinante y puede que
cause molestias a las personas que temen a los lugares cerrados. Un equipo
especial de MRI “abierto” puede ayudar con este problema. La máquina produce un
zumbido fuerte que puede resultar incómodo. En algunos lugares se proveen
audífonos o tapones para los oídos con el fin de ayudar a bloquear este ruido.
Ecografía (ultrasonido) .- En la ecografía, o ultrasonido,
se utilizan ondas sonoras y su eco para producir una imagen de los órganos o
masas internas. Con más frecuencia, para esta prueba se coloca sobre su piel un
pequeño instrumento que parece un micrófono y que se llama transductor (el cual
primero se lubrica con gel). La ecografía emite ondas de sonido y recoge el eco
que rebota desde los órganos. Una computadora convierte el eco en una imagen
que aparece en la pantalla.
Se puede usar para observar los ganglios linfáticos
cercanos a la superficie del cuerpo o para observar órganos inflamados dentro
de su abdomen, como los riñones, el hígado y el bazo.
Este estudio es fácil de realizar y no utiliza
radiación. Para la mayoría de las ecografías, usted simplemente se acuesta en
una camilla, y un técnico mueve el transductor sobre la parte de su cuerpo que
está bajo estudio.
NOTA: Al finalizar la lectura y conocer los subtemas que aportan toda esta información se te pide que elabores un mapa conceptual que comprenda todos los aspectos mencionados en la lectura (ENTREGAR EN HOJAS BLANCAS Y A MANO, CON PORTADA O PRESENTACIÓN), Este trabajo es parte integral de tú portafolio.
Intercambia ideas con tus compañeros de clase y desarrolla el propósito general de la lectura.
Fecha de entrega 26 de marzo del presente año en la hora de clase.
Si tienes algún problema solo comunícate al e-mail del docente: doctorcito.25@hotmail.com
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