miércoles, 18 de marzo de 2015

LEUCEMIA LINFOBLÁSTICA

Leucemia linfoblástica aguda infantil

Para desarrollar este tema es necesario conocer las competencias disciplinares y cual de ellas se apega mas a este ejercicio.
 1.- Organiza su formación continua a lo largo de su trayectoria profesional. 
Atributo,1.- Incorpora nuevos conocimientos y experiencias al acervo con el que cuenta y los traduce en estrategias de enseñanza y de aprendizaje.
2.- Se mantiene actualizado en el uso de la tecnología de la información y la comunicación.

¿Qué es la leucemia linfoblástica aguda infantil?

La leucemia linfoblástica aguda (también denominada leucemia linfoide aguda o LLA) es un tipo de cáncer de la sangre en el que, por causas desconocidas, se producen cantidades excesivas de linfocitos inmaduros (linfoblastos). Las células cancerosas se multiplican rápidamente y desplazan a las células normales de la médula ósea, el tejido blando del centro de los huesos dónde se forman las células sanguíneas.
En condiciones normales los linfocitos se producen en la médula ósea y en otros órganos del sistema linfático (timo, ganglios, bazo), siendo los encargados de nuestra defensa al ser capaces de atacar, directamente o a través de la producción de unas sustancias denominadas anticuerpos, a todo agente que invada o célula anómala que se produzca en nuestro organismo. En la LLA, los linfoblastos (precursores de los linfocitos) se fabrican en cantidades excesivas y no maduran. Estos linfocitos inmaduros invaden la sangre, la médula ósea y los tejidos linfáticos, haciendo que se inflamen. También pueden invadir otros órganos, como los testículos o el sistema nervioso central.
La LLA es la forma más común de leucemia infantil y en nuestro país se diagnostican alrededor de 30 nuevos casos por millón de habitantes y año, siendo el cáncer infantil más frecuente. La máxima incidencia se produce entre los 2 y 5 años y en el sexo masculino (relación 2:1 con respecto sexo femenino).

Tipos de leucemia linfoblástica aguda infantil

La leucemia linfoblástica aguda puede afectar a los linfocitos B, que producen anticuerpos para ayudar a combatir las infecciones, o a los linfocitos T, responsables de coordinar la respuesta inmune mediada por células. Por ello, la OMS clasifica a las LLA de acuerdo con el tipo de linfocito afectado y el grado de maduración del mismo, distinguiéndose:
— Leucemia linfoblástica aguda de precursores B (incluye diversos subtipos identificables mediante estudios inmnofenotípicos; Pro-B, Pre-B común, Pre-B)
— Leucemia linfoblástica aguda de precursores T (incluye diversos subtipos identificables mediante estudios inmnofenotípicos; Pro-T, Pre-T, tímica cortical, tímica madura)
— Leucemia linfoblástica de precursores B maduros (también llamada LLA Burkitt-like)
En todas ellas pueden detectarse translocaciones cromosómicas (desplazamiento de un trozo de cromosoma u otro cromosoma) y alteraciones moleculares que hacen variar el pronóstico y el tratamiento de la enfermedad. Por ejemplo, la presencia del denominado cromosoma Filadelfia, una translocación entre los cromosomas 9 y 22 [t(9;22)], confiere un especial mal pronóstico a esta variedad de LLA, obligando a un tratamiento más agresivo que en el resto de LLA.
Los niños con el síndrome de Down presentan un riesgo de diez a veinte veces más alto de padecer leucemia en comparación con los niños sin el síndrome de Down. En los niños con síndrome de Down que presentan LLA, el pronóstico es similar al resto. Más información.

Los síntomas y el diagnóstico

Las manifestaciones clínicas de los enfermos de leucemia linfoblástica aguda reflejan una insuficiencia medular provocada por la proliferación de los linfoblastos en la médula ósea y su infiltración en los distintos órganos y tejidos. El comienzo es casi siempre agudo y las manifestaciones clínicas no suelen preceder al diagnóstico en más de 2 meses. Lo habitual es que el enfermo presente síntomas como: pérdida de apetito, sensación de debilidad y fatiga, fiebre, dolores óseos, articulares y musculares, hematomas en brazos y piernas, producidos por la falta de plaquetas. En ocasiones se producen verdaderas hemorragias espontáneas (nariz, encías) o bien hemorragias excesivas en pequeñas heridas.
Algunos pacientes pueden presentar infecciones (abscesos, sinusitis, neumonía, etc.) como síntoma inicial. En otros, puede observarse un aumento del tamaño de los ganglios linfáticos y molestias abdominales como consecuencia del crecimiento del hígado o el bazo. Un pequeño porcentaje de enfermos puede presentar manifestaciones como consecuencia de la compresión de estructuras vecinas (por ejemplo el mediastino) por parte de los ganglios linfáticos inflamados, o síntomas derivados de la infiltración del sistema nervioso central (dolor de cabeza, vómitos, somnolencia, etc.), de los testículos (dolor, hinchazón) o de los huesos (dolores óseos).
Aunque cualquier órgano puede estar infiltrado por los linfoblastos, los más frecuentemente afectos son el hígado, el bazo y los ganglios linfáticos. La frecuencia de infiltración de estos órganos es del 80, 70 y 50%, respectivamente. La infiltración de otros órganos como las mamas, los testículos o la piel y las mucosas es muy poco frecuente en el momento del diagnóstico, aunque puede constituir la localización inicial de las recaídas.
Para efectuar un diagnóstico preciso, deberán realizarse diversas extracciones de sangre y de médula ósea (obtenida esta última mediante punción del esternón o del hueso de la cadera) en la que se analizarán diversos aspectos como morfología, recuento, inmunofenotipo, cariotipo y biología molecular. Además, se efectuarán radiografías para valorar si existe aumento de tamaño de los ganglios del mediastino y se valorará si la enfermedad se ha extendido al sistema nervioso central mediante unapunción lumbar con el fin de analizar el líquido cefalorraquídeo que baña dicho sistema.

Su pronóstico

Epronóstico de los pacientes afectos de leucemia linfoblástica aguda varía sustancialmente en función de diversos factores de riesgo. La edad, la cantidad inicial de linfoblastos, el subtipo de LLA de que se trate, la presencia de localizaciones extramedulares (mediastino, sistema nervioso, testículos), la presencia de anomalías genéticas y, muy en especial la lentitud en la obtención de la remisión completa tras el tratamiento inicial, son parámetros predictivos de un pronóstico desfavorable.
En las LLA infantil se acostumbra a identificar 3 grupos pronósticos que además condicionarán el protocolo terapéutico a emplear:
 las LLA de bajo riesgo (25-30% de los casos). Son paciente con edades comprendidas entre 1 y 9 años, con pocos leucocitos al diagnóstico, con fenotipo B común o pre-B, sin infiltración de sistema nervioso u otros territorios, sin alteraciones citogenéticas o moleculares y que responden bien al tratamiento de inducción.
 las LLA de alto riesgo (12-15% de los casos). Son pacientes fuera de los rangos de edad mencionados, con alteraciones citogenéticas y/o moleculares que no responden adecuadamente al tratamiento de inducción.
 las LLA de riesgo intermedio (55-60% de los casos). Todas las restantes, excepto en menores de 1 año y en pacientes con fenotipo B maduro que requieren de tratamientos diferenciados.

Gracias a la adaptación de los protocolos terapéuticos actuales al riesgo y al seguimiento estricto de la enfermedad mínima residual, que permite modificar la estrategia terapéutica antes de que se produzca una recidiva, hasta el 80% de los niños con LLA se pueden curar. El pronóstico es ligeramente inferior en las LLA de los lactantes y en las LLA de alto riesgo.

Su tratamiento

El tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda infantil se determinará en cada caso teniendo en cuenta, la edad, el estado general del paciente y los factores de riesgo antes mencionados.
El objetivo principal de cualquier tratamiento en las leucemias u otras hemopatías malignas es conseguir la remisión completade la enfermedad a nivel molecular. Por este motivo, en las LLA infantiles el tratamiento consta de 4 fases: inducción a la remisión, consolidación/intensificación, reinducciones y mantenimiento.
La fase de inducción a la remisión se basa siempre en quimioterapia intensiva, la administración de diversas agentes antineoplásicos por vía intravenosa con el objetivo de lograr que desaparezcan las células leucémicas de la sangre y la médula ósea permitiendo la producción normal de las otras células sanguíneas. Esta situación clínica de remisión completa suele alcanzarse tras el primer ciclo de tratamiento en el 95% de los casos infantiles. Se considera que un paciente ha alcanzado la remisión completa cuando la cifra de blastos en la médula ósea es inferior al 5%.
A continuación debe efectuarse un tratamiento de consolidación/intensificación en el que se emplean agentes terapéuticos distintos a los empleados en la inducción, con la finalidad de reducir aún más la enfermedad residual. En los pacientes de alto riesgo pueden administrarse hasta 3 ciclos de intensificación.
La tercera fase (reinducciones) consiste en la administración de entre 1 (bajo riesgo) y 3 (alto riesgo) ciclos de quimioterapia más espaciados y de menor intensidad (en función del riesgo de recidiva) que van combinando distintos citostáticos. Este tratamiento tiene por finalidad negativizar por completo la enfermedad mínima residual.
La cuarta fase del tratamiento se llama de mantenimiento. Consiste en la administración diaria de un agente suave por vía oral y otro semanal por vía intramuscular. Suele ser un tratamiento muy bien tolerado y con escasos efectos secundarios.
Durante todo este tiempo, de forma periódica y con la finalidad de eliminar posibles células leucémicas acantonadas en el sistema nervioso, deben practicarse diversas punciones lumbares para administrar tratamiento en este nivel.
El trasplante de progenitores hematopoyéticos (médula ósea, sangre periférica o sangre de cordón umbilical) rara vez se usa como tratamiento inicial para los niños y adolescentes con LLA. Suele reservarse para las LLA de alto riesgo con enfermedad mínima residual aún positiva tras el tratamiento, o como parte del tratamiento de la LLA que recidiva. En estos casos, el procedimiento se realiza idealmente a partir de las células de un hermano histocompatible o, en su defecto, de un donante voluntario no emparentado localizado a nivel mundial o de una unidad de sangre de cordón umbilical.
El trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos no se contempla en la actualidad en los protocolos de tratamiento estandarizados debido al alto riesgo de recaídas (más de 60%) tras el mismo.

Subtipos específicos de LLA

LLA B madura (Burkitt-like). Con las pautas de tratamiento actuales el pronóstico de esta variedad de LLA ha mejorado notablemente con supervivencias cercanas al 70% sin necesidad de realizar trasplante en muchos casos.
LLA Filadelfia positiva. El empleo, junto con la quimioterapia intensiva, de los nuevos inhibidores de la tirosincinasa (imatinib, dasatinib, nilotinib), ha supuesto un notable progreso en esta variedad de LLA. Los buenos respondedores (enfermedad mínima residual no detectable) a la quimioterapia más inhibidores de la tirosincinasa, tienen supervivencias libes de enfermedad superiores al 70% incluso sin trasplante. En el resto (enfermedad mínima residual) se suele precisar de la realización de untrasplante alogénico (de donante familiar o no emparentado o de sangre de cordón umbilical) para la curación (alcanzable en el 50-60% de los pacientes).

Para más información, se pueden consultar las siguientes páginas web:

Elabore una tabla comparativa del tema atendido, dicha tabla deberá contar con una hoja de presentación, estar paginado en la parte inferior de la hoja.
deberá estar con tipo de texto o fuente de Arial 12 y los TÍTULOS O SUBTÍTULO con 14 puntos y el interlineado de 1.5 si desea agregar alguna imagen o tablas de estadística se colocaran en un apartado denominado ANEXO.

martes, 17 de marzo de 2015

CONTEO DE CÉLULAS LEUCEMICAS

¿Cómo se diagnostica la leucemia mieloide crónica?
Muchas personas con CML no presentan síntomas cuando son diagnosticadas con la enfermedad. Con frecuencia la leucemia se detecta cuando el médico pide exámenes de sangre por algún problema médico no relacionado o durante un examen físico de rutina. Aun cuando los síntomas están presentes, con frecuencia son confusos y no específicos.
Tipos de muestras que se usan en los exámenes de detección de leucemia mieloide crónica
Si los síntomas y signos sugieren que usted puede tener leucemia, el médico necesitará analizar muestras de sangre y de médula ósea para estar seguro de este diagnóstico. También se pueden tomar otras pruebas de tejidos y células a fin de tratar la CML.
Muestras de sangre
Generalmente las muestras de sangre para las pruebas de detección de CML se toman de una vena del brazo.
Muestras de médula ósea
Las muestras de médula ósea se obtienen por aspiración y biopsia. Estas dos pruebas usualmente se hacen al mismo tiempo. Las muestras se toman de la parte posterior del hueso de la pelvis (cadera), aunque en algunos casos se pueden tomar del esternón o de otros huesos.
En el procedimiento de aspiración de médula ósea, el paciente se acuesta sobre una mesa (ya sea sobre su costado o su estómago). Después de limpiar el área, la piel que se encuentra sobre la cadera y la superficie del hueso se adormece con un anestésico local, que puede causar una breve sensación de escozor o ardor. Luego se inserta una aguja delgada y hueca en el hueso, y se usa una jeringa para aspirar una pequeña cantidad (aproximadamente una cucharada) de médula ósea líquida. Aun con el uso de un anestésico, la mayoría de los pacientes experimenta un dolor breve cuando se extrae la médula ósea.
Generalmente se realiza una biopsia de médula ósea inmediatamente después de la aspiración. Se extrae un pequeño trozo de hueso y de médula (aproximadamente 1/16 de pulgada de diámetro y 1/2 pulgada de largo) con una aguja ligeramente más grande que se hace girar al empujarse en el hueso. La biopsia también puede causar algo de dolor brevemente. Una vez que se hace la biopsia, se aplica presión en el sitio para ayudar a prevenir el sangrado.
Estas pruebas se envían al laboratorio, y se analizan con un microscopio para ver si hay células leucémicas. Estas pruebas también se pueden hacer después del tratamiento para ver si la leucemia está respondiendo al mismo.
Pruebas de laboratorio
Se puede usar una o más de las siguientes pruebas de laboratorio para diagnosticar CML o para ayudar a determinar qué tan avanzada se encuentra la enfermedad.
Cuentas y examen de células sanguíneas
El recuento sanguíneo total (complete blood count, CBC) es una prueba en la que se cuenta el número de diferentes células sanguíneas, como glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. El CBC frecuentemente incluye un recuento diferencial, que es la cuenta de los diferentes tipos de glóbulos blancos en la muestra de sangre. En un frotis de sangre, se coloca una pequeña cantidad de sangre en un portaobjetos para analizar las células con un microscopio. La mayoría de los pacientes con CML tienen demasiados glóbulos blancos con muchas células inmaduras. Algunos pacientes con CML tienen números bajos de glóbulos rojos o de plaquetas. Aunque estos resultados pueden sugerir la presencia de leucemia, generalmente este diagnóstico necesita confirmarse con otra prueba de sangre o una prueba de médula ósea.
Pruebas químicas de la sangre
Estas pruebas miden la cantidad de ciertas sustancias químicas en la sangre, pero no se usan para diagnosticar leucemia. Pueden ayudar a detectar problemas hepáticos o renales causados por la propagación de las células de la leucemia o por los efectos secundarios de ciertos medicamentos quimioterapéuticos. Estas pruebas también ayudan a determinar si se necesita un tratamiento para corregir los niveles bajos o altos de ciertos minerales en sangre.
Examen de rutina con un microscopio
Un patólogo (un médico especialista en el diagnóstico de enfermedades mediante pruebas de laboratorio) observa las muestras de sangre y médula ósea bajo el microscopio, y también un hematólogo/oncólogo (médico que se especializa en el tratamiento de enfermedades de la sangre y de cáncer) puede analizarlas.
Los médicos pueden ver el tamaño y la forma de las células en las muestras, y determinar si contienen gránulos (pequeñas manchas que se observan en algunos tipos de glóbulos blancos).
Un factor importante es si las células son maduras (como las células sanguíneas normales del torrente circulatorio) o inmaduras (carentes de las características de estas células normales). Las células más inmaduras se llaman mieloblastos (a menudo llamados blastos).
Una característica importante de una muestra de médula ósea es la porción de ella que consiste en células productoras de sangre. Esto se conoce como celularidad. La médula ósea normal contiene células productoras de sangre y células grasas. Cuando la médula ósea tiene más células productoras de sangre que lo esperado, se dice que es hipercelular. Si se encuentran muy pocas células formadoras de sangre, se considera que la médula eshipocelular. En personas con CML, la médula ósea a menudo es hipercelular debido a que está llena de células leucémicas.
Pruebas genéticas
Algún tipo de prueba genética se realizará para determinar si está presente el cromosoma Philadelphia y/o el geneBCR-ABL. Este tipo de prueba se usa para confirmar el diagnóstico de CML.

Citogenética convencional: esta prueba involucra la observación de los cromosomas (secciones de ADN) con un microscopio para detectar cualquier cambio. También se llama determinación del cariotipo. Los cromosomas celulares se observan mejor durante la división celular. Por esta razón, para realizar esta prueba se debe cultivar en el laboratorio una muestra de sangre o de médula ósea, para que las células comiencen a crecer y dividirse. Esta técnica requiere tiempo y no siempre tiene éxito. Las células humanas normales tienen 23 pares de cromosomas, cada una de las cuales tiene un tamaño definido. Las células leucémicas de muchos pacientes con CML contienen un cromosoma anormal llamado cromosoma Philadelphia, que tiene la apariencia de un cromosoma 22 corto. Esto sucede cuando se intercambian secciones (translocación) entre los cromosomas 9 y 22 (lea la sección “¿Sabemos qué causa la leucemia mieloide crónica?”. La detección del cromosoma Philadelphia es útil en el diagnóstico de CML. Aunque no se puede ver el cromosoma Philadelphia, frecuentemente otras pruebas pueden detectar el gene BCR-ABL.

Imágenes por resonancia magnética
Las imágenes por resonancia magnética (magnetic resonance imaging, MRI) son particularmente útiles para examinar el cerebro y la médula espinal. Este estudio también se puede utilizar para examinar otras áreas del cuerpo. Las imágenes por resonancia magnética utilizan ondas de radio e imanes potentes en lugar de rayos X. La energía de las ondas de radio es absorbida por el cuerpo y luego liberada en un patrón formado por el tipo de tejido del cuerpo y por ciertas enfermedades. Una computadora traduce el patrón en una imagen muy detallada de las partes del cuerpo. Esto no sólo produce imágenes de las secciones transversales del cuerpo como un examen CT, sino que también produce imágenes de secciones que son paralelas a la longitud del cuerpo.
Se puede inyectar un material de contraste al igual que en los exámenes de CT, pero esto se hace con menos frecuencia. Este es un contraste diferente al usado para la CT. Por lo tanto, ser alérgico a un contraste no significa que usted es alérgico al otro tipo.
Las MRI toman más tiempo que las tomografías computarizadas, a menudo hasta una hora. Puede que tenga que permanecer acostado dentro de un tubo estrecho, que podría ser confinante y puede que cause molestias a las personas que temen a los lugares cerrados. Un equipo especial de MRI “abierto” puede ayudar con este problema. La máquina produce un zumbido fuerte que puede resultar incómodo. En algunos lugares se proveen audífonos o tapones para los oídos con el fin de ayudar a bloquear este ruido.
Ecografía (ultrasonido) .- En la ecografía, o ultrasonido, se utilizan ondas sonoras y su eco para producir una imagen de los órganos o masas internas. Con más frecuencia, para esta prueba se coloca sobre su piel un pequeño instrumento que parece un micrófono y que se llama transductor (el cual primero se lubrica con gel). La ecografía emite ondas de sonido y recoge el eco que rebota desde los órganos. Una computadora convierte el eco en una imagen que aparece en la pantalla.
Se puede usar para observar los ganglios linfáticos cercanos a la superficie del cuerpo o para observar órganos inflamados dentro de su abdomen, como los riñones, el hígado y el bazo.
Este estudio es fácil de realizar y no utiliza radiación. Para la mayoría de las ecografías, usted simplemente se acuesta en una camilla, y un técnico mueve el transductor sobre la parte de su cuerpo que está bajo estudio.
NOTA: Al finalizar la lectura y conocer los subtemas que aportan toda esta información se te pide que elabores un mapa conceptual que comprenda todos los aspectos mencionados en la lectura (ENTREGAR EN HOJAS BLANCAS Y A MANO, CON PORTADA O PRESENTACIÓN), Este trabajo es parte integral de tú portafolio.
Intercambia ideas con tus compañeros de clase y desarrolla el propósito general de la lectura.
Fecha de entrega 26 de marzo del presente año en la hora de clase.
Si tienes algún problema solo comunícate al e-mail del docente: doctorcito.25@hotmail.com

miércoles, 4 de marzo de 2015

fORMULA DE LA CAMARA DE NEUBAUER


Suma de los cuatro cuadrantes, multiplicados por 50 y se divide entre el número de cuadros


  1+2+3+4 x 50   = Nùmero de GB por mml.
                                                                 64
Resultado de imagen para camara de neubauer
Desarrolla un ejercicio que tenga por lo menos en cada cuadrante de 50 a 65 glóbulos blancos por cuadrante.

a). Menciona como se llama el diluyente de la muestra.
b). Con que lente debe ser observada la cámara para hacer el conteo de células sanguíneas.
Resultado de imagen para camara de neubauer
c). Si encontramos que la muestra esta muy elevada de GB de los parámetros normales ¿ que es?

Debera enviar esta información al e-mail del docente  doctorcito.25 @hotmail.com

nombre el archivo como... RPHPràctica2.doc  de laboratorio de ciencias.